martes, 2 de abril de 2013

En mi última entrada decía: algo está cambiando en América Latina...y a los tres días ...vaya conmoción en el mundo: Un papa surgido de las entrañas de América Latina. Un papa BIEN PORTEÑO, habitante de esa gran ciudad: Buenos Aires. Un caminante de las periferias existenciales de América Latina. Un hombre que ha vivido en carne propia los vaivenes de la realidad Latinoamericana.
En primer lugar hijo de inmigrantes que venían a hacer la América y que por propia decisión o por necesidad se hicieron parte de esta tierra a la que además de adoptar como propia la moldearon, la adaptaron a si mismos, la cambiaron para siempre.
Religiosamente hijo de la Compañía de Jesús. En Argentina este no es un tema anecdótico. La compañía fundadora de la primera Universidad Argentina es heredera de una rica tradición de diálogo fecundo entre el Evangelio de Jesús y la cultura Americana.
Hijo del Vaticano II pero también de Medellín, Puebla y Aparecida.  Documentos que definieron un camino,  prioridades, metas y se posicionaron en la realidad Americana.
Pero también Bergoglio supo caminar este siglo XXI de la mano de un nuevo descubrimiento existencial que lo llevó quizá apenar distinto la misión de la Iglesia en este contexto. Caminante de barrios humildes, acompañante de procesos personales y comunitarios complejos, azarosos, nuevos. Caminante con miradas que atraviesan el dogma y se posan en la historia pequeña, cotidiana, individual. En este sentido quizás quede claro la Iglesia que hay que construir. No una Iglesia encerrada, preocupada por definir lo propio, con temor a contaminarse con lo cotidiano  y que termina alejando al hombre común del Evangelio de Jesucristo. Por conservar la pureza de la fe y la moral termina "infectándose" de un puritanismo vacío alejado del hombre que camina y vive las contradicciones de lo cotidiano. Y
El papa en lo doctrinal conserva esa pureza intacta de la Fe transmitida por los APÓSTOLES Y LA TRADICIÓN. Es imposible negar la pureza de la Fe de Francisco. En sus homilías, sus posturas ideológicas, su pensamiento, en el diálogo con otras religiones. Entonces pensamos ¿En dónde radica la novedad del nuevo Papa? ¿Cuál es su mensaje transformador?  Hay quizás en este sacerdote jesuita una intuición para ver los problemas de la realidad social, cultural, política, religiosa. La clave está en ir a las "periferias" existenciales. Allí donde están los más olvidados, abandonados a si mismos por todos...ir a las periferias y en ellas acoger a los desvalidos, recibir a los que buscan...sin preguntar demasiado, sin imponer conductas o dogmas sólo a escuchar y tender la mano, abrir la puerta, hacer sentir una presencia humana, acogedora, que no cuestiona, que no exige más de lo que cada uno puede dar. Un Evangelio vivido a corazón abierto, descarnado, auténtico. Pero no ir a la periferia desde una actitud "estratégica" sino desde una actitud profundamente evangélica,auténtica, real. Convencidos que en el uno a uno se salva la humanidad. Y aquí está lo novedoso de este nuevo cristianismo siglo XXI. No se predica desde un púlpito, no se anatematiza desde el discurso fácil del que está en el horizonte de la verdad y desde allí dicta, enseña, orienta, corrige. El evangelio siglo XXI se abaja, camina junto al pueblo, acompaña uno a uno, sostiene en la lucha cotidiana por la subsistencia, mira cada corazón en sus contradicciones cotidianas y desde allí libera de las esclavitudes, desde allí enseña, orienta, guía.
En estos pocos días de pontificado vemos esa actitud en Francisco. Implorando, rogando a sus sacerdotes que den su aceite perfumado a los demás, que se contaminen con el olor de la ovejas pero que las impregnen con su olor, que vayan a las periferias y desde allí desde el dolor, el sufrimiento, la desprotección, el pecado...desde allí transmitan el Evangelio. "un Iglesia pobre para pobres" no es más que eso Una Iglesia que sale de si, que busca a Cristo en el otro, porque en ese corazón El vive, el quiere VIVIR.   Y allí es donde ese Jesús transforma la vida y nos hace hombres nuevos, nos llena con la alegría de su Pascua.

1 comentario:

  1. Sin dudas que este papa ha recibido una formación "sociológica y teológica".
    Está bien que se hable de pobres pero no solamente los hay económicamente. Quizás es la hora de incluir a los pobres materialmente en serio porque de los pobres espirituales pero ricos materialmente la Iglesia se nutrió bastante y en ese roce cotidiano desplazó al pobre material a un "asistencialismo" y determinó una postura ¿la podríamos llamar ideológica? y con ella una "acción social".

    El tema da para mucho, gracias por "persar" mi comentario es parte del "... ergo". : ))

    Dejo mi saludo ritual como un apretón de manos o un "Ave María Purísima", Firme y Digno, Bocha... el sociólogo.

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